Personales:
- La inteligencia límite comporta en la mayoría de los casos un desajuste personal, provocado principalmente por la falta de adaptación al entorno que los rodea. Este entorno configurado por una sociedad cada vez más exigente, competitiva y rápida, no tiene en cuenta ni su problemática, ni sus dificultades ni sus capacidades.
- Las personas con inteligencia límite reciben, en la mayoría de los casos, la educación primaria, generalmente con las adaptaciones correspondientes, pero es en la educación secundaria cuando se encuentran incapaces de seguir el ritmo académico que se les pide.
- Limitaciones en la consecución de los apoyos necesarios para vivir de forma autónoma.
- Más vulnerabilidad de sufrir, con el paso del tiempo, alguna patología mental.
Educativas:
A nivel general, se puede considerar que las personas con inteligencia límite son los grandes desubicados en la escuela. Algunas de dichas personas se han sentido dentro la escuela diferentes, rehusadas e, incluso, consideradas gandulas. A veces, aunque no presenten retraso mental, son derivadas a centros de educación especial dónde se encuentran con personas con mayores dificultades y tampoco se encuentran a gusto ahí.
Específicamente, en menor o mayor grado, presentan las siguientes limitaciones:
- En la mayoría de los casos, imposibilidad de acabar con éxito la escolaridad obligatoria.
- Dificultades de aprendizaje.
- Proceso de aprendizaje lento.
- Más posibilidad de tener alterados aspectos como la atención, la percepción, la discriminación, la concentración...
- Problemas para modular la voz correctamente, hecho que provoca la aparición de disfonías.
- Capacidad de relajación muy buena.
- Patrón respiratorio alterado.
- Retraso psicomotor.
- Propensión a sufrir alteraciones articulatorias, fundamentalmente dislalias.
- Lenguaje pobre a nivel semántico.
- Uso de estructuras morfosintácticas sencillas a nivel verbal.
- Exceso o defecto de intencionalidad comunicativa.
- Dificultades lectoescriptoras.
- Más posibilidad de sufrir alteraciones comunicativas asociadas, como por ejemplo dislalias, disfemias, dislexias-disgrafias, disortografías-discalculias, disafias...
Laborales:
Las posibilidades de acceder al mundo laboral para este colectivo son difíciles de conseguir, puesto que las personas con inteligencia límite normalmente no tienen reconocida legalmente su minusvalía. La mayoría consigue un porcentaje de minusvalía inferior al 33%. Por dicha razón, no tienen acceso a los recursos sociales y laborales destinados a las personas con tal grado o un grado mayor de minusvalía; pero tampoco tienen las puertas abiertas dentro del mercado laboral, por sus propias características, y topan con muchas dificultades a la hora de encontrar y mantener un puesto de trabajo.
Concretando, se puede decir que estas son las dificultades más generales:
- Dificultad de adquisición en la rutina laboral.
- Dificultad para empezar, mantener y finalizar la tarea.
- Poca resistencia a la fatiga.
- Dificultades para aceptar la responsabilidad laboral y dar la importancia adecuada en su desarrollo.
- Dificultad en la resolución de problemas laborales.
- Dificultad para seguir una cadena de instrucciones.
- Dificultad en la organización, la planificación y el desarrollo de las tareas.
- Baja calificación profesional.
- Envejecimiento prematuro.
Sociales:
Las dificultades para relacionarse pueden afectar a los tres sistemas:
- Micro (familia y entorno más próximo).
- Meso (escuela).
- Macro (sociedad).
- Déficit de habilidades sociales y dificultades de relación social: presentan a lo largo de toda su vida grandes dificultades para formar grupos de amigos dónde sea bien recibidos y aceptados, y para mantenerlos.
- Dificultades para organizar y planificar su ocio y tiempo libre: el tiempo libre de las personas con inteligencia límite sigue carente de actividades, privado de amigos, sin ocupación, desprovisto de recursos, lo que a veces los lleva a adoptar conductas antisociales dentro de grupos marginales como medio para ser tenidos en cuenta, aunque sean utilizados.